miércoles, 22 de julio de 2009

Testimonio parcial

a mis veinticinco años
he vivido cosas asombrosas

he visto dos arco iris
remontar un mismo cielo

he visto la muerte de una mosca
de manos de una araña

he oído el canto
del águila y el rugir del león

he sentido la euforia
del amor correspondido

he oído también
el llanto vacío del desamor

he visto el sol
desde el interior de una ola

he visto a las nubes
incendiarse en el arrebol

he besado con mi piel
otras pieles

y he tocado con mis ojos
el alma de la mujer

he visto y oído caer al rayo
estallar el trueno y el fulgor del relámpago

he visto hacerse de día
en plena oscuridad

he olido el perfume
de las hormonas del amor

he escuchado al viento conversar
traer noticias desde el mar a los árboles

he sentido el placer el orgasmo
y he podido regalarlo también

he vivido la pena de la muerte
he vivido el abandono del amor

he visto el cuerpo de la mujer desnuda
lo he acariciado y besado

he estado ebrio hasta la inconciencia
he podido en sueños volar

he nadado kilómetros en las aguas
he cruzado ríos braceando

he escalado montañas
para ver la herida de la ciudad

he escuchado y visto
a dioses en el lago y en el bosque

he estado a punto e caerme
de cabeza a las estrellas

ha tocado mi hombro un fantasma
he visto fantasmas caminar

he logrado con la mente
vencer enfermedades

he saltado de roca en roca
sobre acantilados en el mar

he sentido la sobrecogedora alegría
de la amistad

y el dolor sin consuelo
de la traición


muchas cosas asombrosas
he vivido

juzgue como quiera
cada cual


pero una cosa he vivido
más asombrosa y bella
que cualquiera


he abierto mis ojos

y he visto salir al sol

en tu mirada

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