a mis veinticinco años
he vivido cosas asombrosas
he visto dos arco iris
remontar un mismo cielo
he visto la muerte de una mosca
de manos de una araña
he oído el canto
del águila y el rugir del león
he sentido la euforia
del amor correspondido
he oído también
el llanto vacío del desamor
he visto el sol
desde el interior de una ola
he visto a las nubes
incendiarse en el arrebol
he besado con mi piel
otras pieles
y he tocado con mis ojos
el alma de la mujer
he visto y oído caer al rayo
estallar el trueno y el fulgor del relámpago
he visto hacerse de día
en plena oscuridad
he olido el perfume
de las hormonas del amor
he escuchado al viento conversar
traer noticias desde el mar a los árboles
he sentido el placer el orgasmo
y he podido regalarlo también
he vivido la pena de la muerte
he vivido el abandono del amor
he visto el cuerpo de la mujer desnuda
lo he acariciado y besado
he estado ebrio hasta la inconciencia
he podido en sueños volar
he nadado kilómetros en las aguas
he cruzado ríos braceando
he escalado montañas
para ver la herida de la ciudad
he escuchado y visto
a dioses en el lago y en el bosque
he estado a punto e caerme
de cabeza a las estrellas
ha tocado mi hombro un fantasma
he visto fantasmas caminar
he logrado con la mente
vencer enfermedades
he saltado de roca en roca
sobre acantilados en el mar
he sentido la sobrecogedora alegría
de la amistad
y el dolor sin consuelo
de la traición
muchas cosas asombrosas
he vivido
juzgue como quiera
cada cual
pero una cosa he vivido
más asombrosa y bella
que cualquiera
he abierto mis ojos
y he visto salir al sol
en tu mirada
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