me pregunto primero
luego decido meditar
sentado en un rincón
del sofá
un rayo de luz
logra vencer la bóveda
de las nubes
para atravesar el tragaluz
y sesgado
resplandece sobre la mesa
partículas
relativamente diminutas
antes invisibles a mis ojos
se atraen y repelen
formando infinitas
constelaciones pasajeras
brilla entonces la casa
blanca, de madera
de vidrio, de lata
de parrilla y balcón
sin paredes
sin ti
es un fulgor ajeno
tan lejano
acaso tratando
de mostrarme algo
gracias
muchas gracias
sol querido
pero ahora
no estoy de ánimos
nos veremos tal vez
al atardecer
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