sábado, 18 de julio de 2009

Póesis

Escrito orginalmente el 22 de septiembre de 2007


Mas los autos que peatones. El frío me obliga a calentar y apuro el paso. La soledad y la oscuridad me entregan ánimos y salto y me divierto. Intento volar un par de veces y casi lo logro. Subo corriendo y salto más de lo que puedo. Bajo corriendo los pastos mojados y cruzo Tobalaba y salto a los autos. Llego y el cruce se vacía unos instantes y desde su centro a-direccional soy el mas MÁS de la noche. Vienen caravanas encendidas; me salgo y sigo bajo el follaje urbano sin luz junto al canal que acecha sedicioso. No me escondo y orino el maicillo y luego me alegro del frío que me mantiene en movimiento. Transantiago no pasa y como una pasa yo si me quedo en el paradero. No paradearé mejor seré un movedero. Así que voy de aquí para allá alegre mensajero de los secretos de la noche. Un amable y desvergonzado misterio, que no tiene mañana ni ayer, tan solo un instante pasajero.

Se agradece saber que mi deber es pequeñito, y que mi necesidad una mentira. La vida un laberinto de espejos; te ves al revés.

El otro no tiene lo que quieres, ni es lo que no sos.
¿Será cierto lo que nos dice incesante, nuestro cancerbero “yo”?

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