el sol le pudo a la neblina
y el pasto relució verde
adornaban la desnudez
del liquidámbar sus semillas
yo tomé una
y pensé regalártela
ofrendarla a tu muerte
extraña la familia
que me acompañaba
ninguno consanguíneo
pero todos
a veces inexplicables
amores
ofrendar la muerte de aquellas flores
a tu muerte
y traerte a la vida
al ver tu nombre
no existirá nunca más
una configuración de piel, aromas y voz
como la tuya
ya nada llevará tu nombre
pero nosotros si tu amor
el recuerdo de tus efluvios
de tu luz
seguro deformaremos tanto
en nuestro anhelo
seguro la distancia
exagerará ciertas profundidades
pero también es inevitable
que la distancia
borre los dolores
y justamente
me aterra esto
perder este dolor
no he vivido belleza más profunda
que estos desamores
es tesoro
toda esta
tristeza
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