si los árboles
tuvieran anulares
no dudarían
en jalar del gatillo
¡ay!
los queridos árboles
y hoy en día
las mujeres
las más bellas
las inteligentes
se han vuelto
orgullosas y ufanas
perras
los amores
desechables
y los hombres pagamos
la condena y culpa
de miles de años
de barbaridades
y aunque pierda
me parece justo
¡como agité esa cola!
¡y nadé victorioso
en el semen
en la vagina
y fui el único
en fecundar el óvulo
¡le gané a miles!
¡vencí la muerte
que se configuró en vida!
y ahora me vengo a dar cuenta
cuan poco soy
evolucionado
si hubiera
como ahora
en ese entonces contemplado
seguramente
hubiera apreciado
el espectáculo salvaje
desde un costado
para luego dormir
abrigado
sin nunca más despertar
en el vientre sagrado
de la mujer
a los 25
tan solo tengo seguras
un par de alegrías
un par de amores
que lindas las estrellas
que linda la puesta de
aquel sol
que lindos eran
aquellos ojos
aquellos amores
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